martes, 28 de agosto de 2018

CUARENTA AÑOS SON NADA

CUARENTA AÑOS, SON NADA Tito Ortiz.- La música está en élla, en esa niña que hace cuarenta años, nos dejó boquiabiertos en su debut como concertista de piano. El salón de actos del Centro Artístico, Literario y Científico de Granada, fue testigo del acontecimiento, en el que una morena rotunda, con el Sacromonte en sus enormes ojos, y toda la poesía de Talismán en sus venas, llamaba a las puertas de los elegidos, diciendo… estoy aquí. Conste que en Juventudes Musicales ya lo barruntábamos, porque sabíamos de sus buenas aptitudes y actitudes ante el teclado, asunto éste muy comentado por sus profesores en el conservatorio, y en los círculos musicales de la ciudad alhambreña. Azucena Fernández Manzano, criada en el Peso de La Harina, entre zambras maternas y poemas paternos, no obtuvo el premio fin de carrera en el conservatorio por casualidad. Y aunque todos la veíamos con un gran futuro muy prometedor como concertista de piano, ella iba más allá y perfeccionaba con la gran Rosa Sabater, o el incombustible Joaquín Achucarro, y abordaba la composición, la investigación musical y hasta la dirección de orquesta, algo que hace cuatro décadas, estaba en manos masculinas desde la noche de los tiempos, pero esta mujer capaz, llegó a fundar y dirigir con éxito, la Orquesta de La Biblioteca de Madrid. En los años ochenta, es una directora de orquesta muy popular en Austria, donde sus actuaciones son televisadas, y casi desconocida en su Granada del alma, porque aquí ya se sabe, que en yéndote fuera, es como si desaparecieras del mapa, a no ser que te saquen en Sálvame Diario, Naranja o Limón, da igual, pero que te saquen, o tus paisanos te darán por muerto. PRIMER CONCIERTO Aquella tarde de abril de hace cuarenta años, con un lleno hasta la bandera en el Centro Artístico, Azucena dio su primer concierto en público, abriéndolo con una primera parte “chopiniana”, en la que destacaron el Nocturno nº2 opus 9 y el Póstumo en Do sostenido. Al descanso llegamos con el corazón encogido por el entusiasmo, y por lo bien que le estaban saliendo a las cosas a una jovencísima pianista, que a partir de entonces ya podía andar por los circuitos con soltura y solvencia interpretativas. En la segunda parte interpretó, Murmullo del Bosque de, Braungart, un preludio de Raschamaninoft, Asturias de Albéniz y Andaluza de Falla, que, por cierto, Azucena dedicó ésta última partitura, a la sobrina del inmortal gaditano, Maribel Falla, que estaba presente en la sala asistiendo a su debut como pianista. El éxito fue tal, que tras la protocolaria entrega de un ramo de flores al final, la pianista fue obligada por el entusiasmo de los presentes a sentarse de nuevo al teclado para ofrecer unos bises, moneda de uso corriente en la Granada de la época, en la que Juventudes Musicales y la Cátedra Manuel de Falla, se repartían la organización de los eventos musicales clásicos, compartiendo socios, incluso. Aquello no era más que el principio con buen pie, de una carrera que iba a estar jalonada, en adelante, no solo por su labor como concertista de piano, sino por la faceta de directora de orquesta, elogiada por sus profesores, Polo, o Enrique García Asensio, en España y fuera con Rozhdestvenski, o en el Conservatorio S. de Viena con J. Kalmar. MOZART LA HA RESCATADO Me ha sorprendido que, para muchos, su participación en el ciclo de Mozart, ideado por Miguel Sánchez Ruzafa, haya sido un descubrimiento para unos y una sorpresa para otros. Pero por lo visto, la única ventaja de lucir canas, es la de haber vivido en primera persona acontecimientos históricos, de los que mientras el señor Alzheimer siga sin aparecer, mi memoria promete ir dando cuenta en éstas páginas de Ideal, para general conocimiento de la nuevas generaciones y recordatorio de las antiguas. Sepan aquellos que no estén al corriente, que Azucena Fernández Manzano, hasta 1.991 ofreció más de cien conciertos, representando a España en el Festival Internacional de Orquestas Jóvenes. Participó en la grabación de ediciones sonoras del Ministerio de Cultura, en la colección “Páginas inéditas del folklore español”. Siendo numerosos los premios obtenidos a lo largo de su carrera musical, así como sus actuaciones en conciertos, bien como solista o como intérprete de música de cámara. Ha realizado diversas grabaciones para RNE y RTVE, actuando con la Orquesta de RTVE en el Teatro Real de Madrid. En 1.996 dirigió en la Mezquita, a la Orquesta Sinfónica de Córdoba, en el estreno mundial de la “Cantata Albaycín” compuesta por L. Bedmar y dedicada a “Talismán”, su padre, poeta y escritor de la tierra. Hace diez años, participó en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, en concierto- homenaje a Rosa Sabater, su amiga, maestra y mentora, y así podríamos ir desgranando un currículum, que desgraciadamente para muchos, es una sorpresa y sorprendente. Cosas de Graná.

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