viernes, 24 de agosto de 2018
"EL PASO" RENACE EN GRANADA
“EL PASO” RENACE EN GRANADA
Tito Ortiz.-
Escogieron Granada para reaparecer. “El Paso”, grupo de artistas plásticos e intelectuales de los años cincuenta, que en 1960 decidieron desaparecer de la escena, por sentirse utilizados por el régimen político, dada su imagen de modernidad al exterior, reaparecieron en 1978, en el Banco de Granada.
Me consta que, en la decisión de volver a la escena artística como grupo, tuvo gran peso la opinión de uno de sus componentes, el pintor granadino, Manuel Rivera. Junto a los buenos auspicios del director de la sala, Miguel Ángel Revilla Uceda, y la del también pintor, Miguel Rodríguez-Acosta y Calström, sin cuya intervención, Granada no hubiera gozado de la muestra más importante de aquellos años. En la sala de exposiciones del Banco de Granada, se vio por primera vez lo que era el arte vanguardista de la España de los cincuenta. Recuerdo mi emoción, aquella mañana anterior a la inauguración, en la que, en rueda de prensa, menos el fallecido Millares, con la asistencia de su viuda, pudimos preguntar a los artistas que habían significado, el rompimiento plástico con la España de la posguerra. La voz rota y aguardentosa de Viola, contrastaba con la serenidad en la dicción, de Antonio Saura, hermano del director de cine, que, acompañado en todo momento por una diosa de ébano, paseaba solemne por las instalaciones. Tal vez porque jugaba en casa, Manolo Rivera, se mostraba más extrovertido, más atento y simpático, que el resto de los asistentes, que protagonizaban casi treinta años más tarde, el afloramiento de una vanguardia plástica, escondida durante mucho tiempo.
NACE “EL PASO”
El Paso, es fundado por Antonio Saura, Manolo Millares, Manuel Rivera, Pablo Serrano, Canogar, Luis Feito, Juana Francés y Antonio Suárez, con los críticos Manuel Conde y José Ayllón. Más tarde se incorporaron Manuel Viola y Martín Chirino. Se dio a conocer públicamente en febrero de 1957, a la manera vanguardista, con Boletín, declaración de principios. La vida del grupo fue breve, tres años, pero muy productiva. Su objetivo era sacar al país de la atonía artística en que estaba inmerso, de la atmósfera plásticamente superada, y vigorizar el arte contemporáneo español, consiguiendo un mercado para los artistas, galerías, marchantes, críticos y revistas, que no existía. En Granada colgaron cuadros, Viola, Millares, Canogar, Feito, Francés, nuestro paisano Rivera, Chirino, Serrano, Saura y Suárez. A las siete de la tarde del día 24 de enero de 1978, en la sala de conferencias del Banco de Granada no cogía un alfiler, pues a los medios granadinos, se unieron a la rueda de prensa, compañeros venidos de medios nacionales e internacionales. “El Paso” en Granada fue el acontecimiento de la época. Los autores del “informalismo” `plástico, que en los años cincuenta habían desbancado al resto de las vanguardias, para convertirse en los pioneros de un nuevo concepto artístico en Europa, estaban en Granada, y acompañados de su obra. Fue como un regalo de modernidad, en una ciudad anquilosada en su estética artística.
LOS ARTISTAS HABLAN
Antonio Saura, fundador del grupo al que le puso nombre y manifiesto, nos dijo: Es necesario lograr una comunicación activa, a través de una estructuración más consciente, donde toda libertad, todo éxtasis y toda violencia, no estén excluidos, sino facilitados. En aquellos tiempos, escuchar esto en boca de un pintor en Granada, era como ciencia ficción. No le fue a la zaga, Manuel Viola, que me contó, que: El arte se ha convertido en un acampo de batalla, en el cual se dirime el porvenir moral e intelectual del hombre. Escuchar esto de un pintor, cuando uno estaba acostumbrado a oírlos en esta ciudad, lo bonitos que eran sus paisajes y sus bodegones, fue como un abrir ventanas y ventilar la casa, cerrada desde hacía mucho tiempo. Que Rafael Canogar me dijera que: Ya no me sirve la idea de realizar una obra de arte. Necesito el impulso de una pasión que me irrite y me convulsione. Pues esto, oído así de sopetón por una eminencia en el arte, era como zarandear una encina y que comenzaran a caer las bellotas. Nuestro paisano, Manuel Rivera, añadió: Yo creo en el milagro, después de ser consumado por el hecho de mi propia obra. Esto lo decía un Manolo Rivera, que ahora se expresaba con telas metálicas, que había pintado los frescos del teatro Isabel La Católica, y que más tarde diseñaría la baranda del nuevo puente sobre el Genil, que le encargó, José Miguel Castillo Higueras, desde su autoridad municipal y artística. En la Granada plástica, la historia de las exposiciones quedó desde entonces dividida, en, un antes y un después, de la exposición que el Banco de Granada nos trajo, junto a los protagonistas vivos del grupo “El Paso”.
Le pregunté a Manuel Viola y me dijo:
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