domingo, 5 de agosto de 2018
JUAN HERRERA, PARA LOS AMIGOS
JUAN HERRERA, PARA LOS AMIGOS
Tito Ortiz.-
A la muerte de Picasso, fue el primero en reaccionar y organizarle una exposición homenaje, en la sala de La Rural en Gran Vía, que aglutinó a lo más granado y vanguardista de las artes plásticas del momento en Granada.
Alto, enjuto, con manos de pianista y mirada siempre franca, pese a tenerla oculta tras la veladura de sus cristales verde esperanza, Juan Herrera González-Aurioles, te ganaba en las distancias cortas, a base de la educación más exquisita, que con el tiempo y de manera irremediable, se convertía en una amistad imperecedera. Tenía un olfato especial para detectar, que obra escondía en su realización a un artista, que merecía ser observado en la tranquilidad de aquella histórica sala de exposiciones de la Caja Rural, en la otra esquina del Gobierno Civil. Aquel final de los años setenta y década de los ochenta, no se lo ponía nada fácil a la hora de elegir artistas y obra para colgar, pues contaba en la competencia, con dos amigos personales que, junto a él, se batían el cobre para llevar a sus salas lo mejor del momento. De un lado, Sebastián Pérez Linares, en la Caja Provincial de Ahorros, de la Plaza de La Mariana, y de otro, Ignacio Belda, en la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Granada, en la Placeta de Villamena. Además, había que mantener una programación muy atractiva, porque en la esquina de la Gran Vía con Cárcel Baja, en el Banco de Granada, Miguel Ángel Revilla Uceda, contaba sus exposiciones programadas por éxitos.
RESTAURANTE AMERICANO
La nuestra fue una eterna amistad, siempre en torno a la vida cultural de Granada, que necesitaba de conversaciones reposadas, de las que luego salían exposiciones o libros a editar, pero que en su despacho eran imposibles, porque cuando no se presentaban las visitas de improviso para pedir sala, o consejo editorial, sonaba su teléfono a intervalos justos de minuto y medio o dos, así que en vista de que allí era imposible, decidimos trasladar nuestras conversaciones a, la cafetería del Restaurante Velázquez, que durante un tiempo nos sirvió de refugio para intercambiar opiniones y consejos. Lo malo fue que un día alguien nos vio, y se corrió la voz de tal forma, que la gente en lugar de ir directamente a su despacho y esperarlo allí, decidió abordarlo en el mostrador donde departíamos, así que, Rafalito Velázquez fue nuestro mejor cómplice. Viendo que allí tampoco nos dejaban tranquilos, nos dio cobijo oculto, en la primera planta donde estaba el restaurante, antes de que empezaran a dar comidas, y de esta forma clandestina, nos dejaban tranquilos, porque al asomarse a la barra y ver que no estábamos, los peticionarios ya desistían y se marchaban. En ocasiones, permitíamos que algunos íntimos, nos acompañaran en estas tertulias matinales por las que, entre otros, pasaron Arcadio Ortega, Manuel López Vázquez, Pepe Castro Llamas, o Aurelio López Azaustre.
HOMENAJE A PICASSO
Una de esas mañanas, enfangados en como colgar la siguiente exposición, a modo de ateneo libertario muy parecido a una tormenta de ideas, nos llegó la noticia de la muerte de Pablo Ruiz Picasso. De inmediato, uno de los presentes dijo: Juanito, tienes que ser el primero en homenajearlo en la Rural. Y dicho y hecho. Alguien cogió una servilleta de papel y en ella, fue apuntando los nombres que no debían faltar en esa exposición de artes plásticas en torno al genial malagueño, y de esa forma, Juan Herrera, que Granada sonara en todo el mundo por la pronta reacción de sus artistas ante tan colosal pérdida para las artes. Los artistas fueron escogidos y todos con gusto colaboraron en el evento histórico con gran ilusión. Rosaura Álvarez, Gabriela Bergmann, Pepe Cañas, José Carlos Cardenete, Pepe Castro Llamas, Jesús Conde, Juan Antonio Corredor, Fernando Díaz Herrera, Nade Favreau, Francisco Fernández Barba, y su hijo, Fernández Ramírez, Eduardo Fresneda Padilla, Pedro Garciarias, Amalio García del Moral y Garrido, Aurelio López Azaustre, Salvador López Siles, Manuel López Vázquez, Alfonso Maso, Dolores Montijano, Manuel del Moral Hidalgo, María José Morales, Miguel Moreno, Elías Antonio Ortiz López, José Ortuño Úbeda, Iván Piñerúa, Manuel Rivas Martín, Gerardo Rosales y Manuel Ruiz, fueron los artistas granadinos, que con su obra diversa, rindieron el primer homenaje a Picasso en suelo patrio. Y lo hizo posible, Juan Herrera, Caballero del Santo Sepulcro, solo con la fuerza de la amistad y la palabra, en aquel verano de 1981, a caballo entre los meses de Junio y Julio, cuando España se reponía de un golpe de estado, pero Granada, como siempre, ponía ese tinte de verde esperanza que él tenía, y se adelantaba a lo que después fueron fastos y fuegos artificiales por todos sitios en torno al malagueño genial, pero aquí, en su Granada, Herrera González-Aurioles, puso la primera piedra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario