viernes, 10 de agosto de 2018
JOSÉ MARÍA DE GRANADA
JOSÉ MARÍA DE GRANADA
Tito Ortiz.-
Sacerdote, militante confeso del Ateneo Libertario, se sumergió en la bohemia teatral del Madrid de su época, y solo al final de sus días, retomó los votos y volvió a Granada para morir abandonado por todos.
El uno de mayo de 1960, falleció en el Hospital de San Juan de Dios, solo, en la más absoluta pobreza y abandonado por todos, menos por las hermanas de La Caridad que lo atendieron siempre con cariño, José María Martín López, más conocido en el mundo de la farándula como, José María de Granada. No consta lugar de enterramiento, por lo que es de suponer que su cuerpo – al no ser reclamado por nadie – fue donando a la ciencia, o sea, que sus huesos, esparcidos por la sala de prácticas de la facultad de medicina, hayan estado años y años, enseñando a los nuevos médicos. Ese final a él no le hubiera disgustado, ya que en su persona se concentraban todas las contradicciones propias de un hombre inteligente, artista y degustador de la vida y sus libertades, como quedará claro a lo largo de este escrito, que, con gusto y admiración, elevo a su memoria.
LA HIJA DE JUAN SIMÓN
La primera versión cinematográfica de “La Hija de Juan Simón”, obra de teatro musical de Nemesio Sobrevilla, se estrenó en 1935, interpretada entre otros por, “Angelillo”, y ya se tiene constancia de que en ella participó muy activamente nuestro paisano, dados sus altos conocimientos teatrales y sobre todo musicales. Esta película fue dirigida por José Luís Sáenz de Heredia, y en ella participó con lo que ahora llaman los modernos “un cameo”, el oscarizado Luís Buñuel, amigo de Lorca en la Residencia de Estudiantes, que además era el productor ejecutivo de la obra. Puesto que, a lo largo de su azarosa vida, José María de Granada tuvo que utilizar muchos seudónimos para poder trabajar, imaginamos que se encuentra tras alguno de los que aparecen en la cartelería, porque lo de huir en él, fue siempre un destino en lo universal.
¿VOCACIÓN SACERDOTAL?
Había nacido en Granada el 31 de agosto de 1893, cinco años antes que Lorca, y sus primeros estudios fueron eclesiásticos, no sabemos si por vocación o porque a la fuerza ahorcan, ya que había quedado huérfano de padre muy pronto. Aún así fue protegido por el arzobispo Meseguer, y el año en que se hundió el Titánic ya era sacerdote muy activo, hasta el punto de fundar el, Centro Católico Nuestra Señora de Las Angustias, donde se practicaba el teatro, entre otras actividades culturales. “El Diablo son los Hombres” fue una de las primeras obras que escribió para este grupo, que después sería estrenada en Madrid con gran éxito. Esto unido a un desengaño amoroso lo hicieron abandonar el sacerdocio y trasladarse a Madrid, donde frecuentaba tabernas y tugurios con la gente de la farándula, que pronto lo bautizaron como, “El Cura”.
LAZARO DE O’LEIN
Con “Soldado de Nápoles”, un sainete postinero y andaluz, le llega un gran éxito, pero como todavía colaboraba algo con la iglesia en su condición de sacerdote, lo firmó con el seudónimo de Lázaro de O’lein. Este no sería más que el primero de los muchos y diferentes seudónimos que utilizó a lo largo de toda su vida, de ahí que cueste tanto identificar su participación en tantas y tantas obras. Finalizada la Primera Guerra Mundial, estrena en el teatro Apolo, “Granada Mía”, un sainete de ambiente granadino, con el que de nuevo se mete al público en el bolsillo. La partitura corrió a cargo nada menos que del propio Ángel Barrios, su paisano y amigo, que, como Francisco Alonso, colaboraría en no pocas ocasiones, con José María de Granada, éste cura con vocación artística, que se movió por el Madrid de los años veinte y treinta, a ratos con la sotana, a ratos con las candilejas, y en otras ocasiones, colaborando con la CNT, cuya compañía teatral, dirigió durante la guerra civil española. En 1937 estrena con clamoroso éxito su última obra, “El Empecinado”, aunque hay quién mantiene que, tras la contienda, pasó a Barcelona y allí en el teatro Romea, logró estrenar en 1946 su obra, “Un Hombre”, con su propia compañía y actuando como protagonista.
VUELTA A LA FE
En 1951 se retractó públicamente de todos sus desvaríos mundanos, y la iglesia instituida lo restituyó en su sacerdocio, destinándolo a la Parroquia del Carmen de Madrid, de donde salió para oficios religiosos reclamado por los amigos como, la misa en la capilla ardiente de don Jacinto Benavente, el bautizo de la hija del actor Manolo Carreras, o el responso ante la tumba de, Enrique Jardiel Poncela, amigo y compañero en el mundo de las tablas. El año en el que Fidel Castro entró en La Habana, aquejado de una grave enfermedad volvió a Granada, donde solo lo acogieron y reconocieron, en el Hospital de San Juan de Dios. Murió en la más absoluta pobreza y olvidado de todos, pero nos dejó el testimonio de una vida bohemia, donde la religión, el amor mundano y la libertad por bandera, se dieron siempre la mano y convivieron con el arte hasta la médula. No sabemos donde está el cuerpo de José María de Granada, pero si su gran obra teatral y musical, que nos dejó con la generosidad que siempre le caracterizó, para la posteridad.
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Muy hermoso texto. Me gustaría saber de su relación con la obra "La hija de Juan Simón", y las circunstancias por las cuales llega a Cuba. Muchas gracias.
ResponderEliminarEn "La Hija de Juan Simón" interviene en todas las facetas del rodaje, dadas sus virtudes tanto en la interpretación, como en la música y las artes escénicas. Se podría decir que aquella fue una obra coral, en la que su opinión fue siempre tomada en cuenta, aunque por su condición, los títulos de crédito no den testimonio, pero así lo aseguraron muchos de los participantes.
ResponderEliminarSu viaje a Cuba responde a su afán y curiosidad, porque en la época, la isla era todo un atractivo para los hispanos, tanto por la historia como por las libertades que allí se desarrollan, y venir de la madre patria, entonces era marchamo de calidad en el trabajo y los conocimientos. Pero camuflado - como siempre - entre tanto seudónimo, la concreción de su estancia es difícil.
Muchas gracias. Su vida da también para una película.
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