martes, 23 de agosto de 2016
MAS VALE MORIR, QUE PERDER LA VIDA
MÁS VALE MORIR, QUE PERDER LA VIDA
Tito Ortiz.-
En éste país sin gobierno, de corruptos y desalmados, lo único que nos queda es el honor, y mientras no nos cierren la boca a los periodistas, como en México o Rusia – tranquilos políticos que todo llegará – seguir poniendo al descubierto a los que se construyen bloques, en solares de las monjitas que los votan, por constructores cuya sangre les corre por las venas, se saltan la legalidad edificable, y se auto rebajan la multa al diez por ciento de su cuantía. Claro que esto comparado con lo que ocurre “popularmente” a nivel nacional, es una jugada de parchís, pero es que en el partido del desgobierno, llevan años yendo de oca a oca y tiro porque me toca. Desde que la cocaína aparece por kilos en los coches del Vaticano, hay que tener mucho cuidado con los cristianos, por muy bien que nos caiga Francisco. No hay que olvidar, que de la mitad del franquismo, hasta la muerte del general, fueron mucho peor los franquistas que el propio Franco. La mafia vaticana, la P 2, La banca de san Pedro, los ahorcados en el puente de Londres, vamos que el Código Da Vinci, se queda en pañales, porque la realidad va mucho más allá que la ficción. La ventaja que yo tengo, es que como ya estoy muerto, pues el día que vengan a por mí, se van a quedar con un palmo de narices. Porque esa es la ventaja que tenemos los muertos, que podemos decir la verdad a la cara, sin necesidad de temer represalias. ¿Qué pueden hacernos, matarnos? Los muertos podemos permitirnos el lujo de ser lenguaraces, no tenemos nada que temer. ¿Nos van a quitar la vida?
Aunque ustedes no lo crean, existen políticos honrados, y son mayoría ante los delincuentes con credencial parlamentaria. Yo conozco algunos, pero no se hacen propaganda, Realizan su labor callada en pro de la sociedad, no son “sobrecogedores”, o sea, no admiten más sobre que el de su nómina, de la que aportan un tanto por ciento a su partido, y pueden ir con la cabeza muy alta. No son de los que admiten la pachanda granaína. No son de los que se van de excursión a gastos pagados, para a la vuelta, mal vender la casa Ágrela, ni de los que nunca pagan en los restaurantes del entorno de Recogidas, porque eso sí, algunos políticos del PP ni categoría para ser corruptos tienen. Éstos no se llevan los millones a Suiza, son más de andar por casa, se conforman con que los inviten a comer, sobre todo el día que llevan a la familia, que son más. Menos clase y vergüenza ya es imposible pedir. Sé que esto me acaba de granjear muchos amigos, pero la verdad no tiene más que un camino, y yo emprendí hace tiempo el del Cementerio de San José, por eso ya nada me asusta. Los últimos meses que estuve en vida, le dije a mi peluquero que me rapara la tonsura, para que el tirador a traición y por la espalda, supiera donde apuntar y no se pusiera nervioso, porque si van a por mí, que sea un instante, no vaya a fallar, que casos se han dado, y en lugar de volarme la tapa de los sesos, me vuele una oreja, y me deje sordo. Si me tienen que matar, que sea un profesional y que lo haga rápido y limpiamente. Hasta no recordar lo que has vivido, tu etapa en este mundo está cumplida. Puedes morir. La vida ya has perdido.
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